A diferencia del volante motor rígido, el volante motor bimasa (DMF) está formado por varios componentes ajustados con precisión entre sí que, a pesar de su construcción compacta, pueden deteriorarse debido a circunstancias externas. Un manejo incorrecto puede dañar el bimasa. Como consecuencia, pueden producirse fallos prematuros y reclamaciones por ruidos y vibraciones. Por este motivo, es imprescindible respetar los siguientes aspectos en el manejo del bimasa:
Los volantes bimasa que hayan recibido un golpe al caerse al suelo no deben volver a montarse. Una caída, podría dañar el rodamiento de bolas o el cojinete de fricción, deformar los dientes del sensor de revoluciones o provocar un gran desequilibrio.
No es posible rectificar la superficie de fricción del bimasa. El debilitamiento de la superficie de fricción impide que se pueda garantizar el correcto funcionamiento.
En el caso de los bimasa con cojintes de fricción, la masa secundaria no se debe mover en dirección axial con demasiada fuerza. Podría dañarse la membrana de la parte interior del DMF.
No se puede lavar el volante bimasa en una maquina de lavado de piezas o usando aparato de limpiaza de vapor o de alta presión
Se deben utilizar los tornillos de longitud correcta para el embrague. Unos tornillos de fijación del plato de embrague demasiado largos pueden rozar contra la masa primaria del volante, produciendo ruidos y pudiendo llegar incluso a bloquear el volante. Los tornillos demasiado largos dañan el rodamiento de bolas o lo sacan de su asiento.
Utilice siempre tornillos de fijación nuevos.
Limpie la superficie de fricción del bimasa con un paño humedecido con un producto de limpieza disolvente de grasa. El producto de limpieza no debe penetrar en el bimasa.
fuente: schaeffler.com